1 ) Planificar en analógico: antes de hacer una sola transparencia, hay que ordenar las ideas, esbozarlas sobre papel, pensar las frases, crear un hilo conductor, seleccionar elementos a incluir (vídeos, fotos, expresiones…).
2 ) Describir en 140 caracteres: Jobs no utiliza más de una línea para describir un producto. Por ejemplo, “The world thinnest notebook”, para el Macbook Air. O “Magical & Revolutionary Device at an Unbelievable Price”, para el iPad.
3 ) Aludir a lo opuesto: crea un “villano”, un enemigo que haga que la audiencia se ponga de tu parte. En esto, él es muy bueno: el problema de los netbooks, lo anticuado de los teléfonos, Flash…
4 ) Centrarse en los beneficios: Jobs vende los beneficios detrás de cada producto. Ayuda a la gente a responder la pregunta: ¿por qué debería comprarlo?
5 ) Ceñirse a la regla de tres: estructurar la presentación en tres grandes bloques, en torno a tres grandes ideas principales. La gente no recuerda mucho más.
6 ) Vender sueños, no produtos: carisma, tono mesiánico, y nuevas experiencias. Eso vende. Los teléfonos, los portátiles y las tabletas, no.
7 ) Utilizar slides muy visuales: simplicidad. Frases cortas. Fotos. El mensaje, si es bueno, se recuerda mejor con imágenes que con texto.
8 ) Dar significado a las cifras: cuanto más grande sea el dato, más memorable. Y cuanto más se destaque y se ponga en contexto, mejor. 220 millones de iPods vendidos dice poco. Pero si se destaca que es un 73% del mercado y que Microsoft tiene un 1% del pastel, todo el mundo apunta.
9 ) Recurrir a palabras gancho: un clásico: “amazing”, “great”, “awesome”… las repite cientos de veces, estratégicamente situadas.
10 ) Crear intriga: no desveles los detalles que la gente quiere saber hasta el último momento. Antes, desarrolla tu historia, crea expectación.
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